lunes, 27 de noviembre de 2006


NEGOCIOS EXITOSOS

En el escenario mundial, los procesos de cambio son cada día más dinámicos. En ellos, las estructuras, las formas, los instrumentos y los medios se están renovando continuamente. Estamos en presencia de un nuevo siglo que tiene diferentes y muy diversas necesidades, demandas y comportamientos y en el que la economía moderna está caracterizada por la globalización y la interdependencia en sus procesos de producción, comercialización, inversión, flujos financieros y desarrollo tecnológico. Las empresas, por su parte, tienen crecientes exigencias de productividad, porque las leyes del mercado las obligan a profundizar y cambiar estrategias y políticas, a planear, crear e innovar, a tener capacidad de adaptación, velocidad de respuesta y sensibilidad para anticipar necesidades futuras y poder sobrevivir y desarrollarse en el complejo mundo empresarial.

Hoy, los negocios se conciben de otra forma. Las transacciones se hacen con dinero electrónico y hay avances espectaculares en las telecomunicaciones, las teleconferencias, las redes inalámbricas, los nuevos microprocesadores y, por si fuera poco, ha sido creada una nueva generación de softwares inteligentes. Las empresas, por ello, deben además de evolucionar y mejorar constantemente, adaptarse a las circunstancias de cada momento y adelantándose con buena visión a las exigencias del mercado.

Actualmente, la supervivencia y el éxito de las empresas dependen de la eficiencia y eficacia de su personal, de sus sistemas y de sus procesos, de tener acceso a tecnologías de punta y a nuevos modelos organizacionales con los que se pueda tener capacidad de responder con prontitud, en el presente y en el futuro, las demandas de los clientes.

Para ser tanto competitivos como productivos se necesitan cambios que mejoren el rendimiento de las empresas hagan más interesante y satisfactorio el trabajo del personal y, como resultado, todos los participantes puedan gozar de una mejor calidad de vida. Hay que partir que la competitividad no puede ser impuesta y que para alcanzarla se requiere de la participación comprometida de todos y cada uno de los integrantes de la empresa.

Hoy, la supervivencia y el éxito de las empresas dependen de la eficiencia y eficacia de su personal, de sus sistemas y de sus procesos, de tener acceso a tecnologías de punta y a nuevos modelos organizacionales con los que se pueda tener capacidad de responder con prontitud, en el presente y en el futuro, las demandas de los clientes.

A medida que los empresarios y directivos tengan la determinación de llevar a la práctica los conceptos y principios de la cultura empresarial y se interesen en capacitarse, podrán aspirar a ser exitosos. Tener los conocimientos mínimos necesarios y aprovechar las técnicas modernas de la administración ayudan a alcanzar los objetivos más rápido y de una forma duradera. Una empresa bien administrada, con espíritu y sentido social, en donde el personal tenga un lugar preponderante y su talento sea valorado, generalmente será una empresa exitosa.

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